jueves, 19 de febrero de 2009

309




Es muy difícil describir para un fanático lo que significan las leyendas deportivas de sus equipos sin caer en la prosa heroica y terminar describiendo a tales como héroes de batallas épicas y grandes epopeyas pertenecientes a la mitología griega. Pero son estos jugadores los que marcan la historia de sus equipos y llegan a determinar el carácter y espíritu de sus clubes para que generaciones futuras sepan como fue fundado el club de sus amores.

Este es el caso de Raúl González Blanco, emblema y símbolo de todo lo que representa el Real Madrid. Lucha, coraje, elegancia, precisión pero sobre todo excelencia. Es irónico que su carrera la haya comenzado en el atlético de Madrid, el eterno rival de la ciudad, pero un acto del destino hizo que Jesús Gil, cortara de tajo las inferiores dejando a Raúl sin equipo y eventualmente de blanco para que Fabio Capello lo hiciera debutar un 29 de Octubre de 1994 en La Romadera ante El Real Zaragoza.

A partir de ahí se comenzó a escribir una leyenda del fútbol, con repertorio de goles para todos los gustos, ha llegado a marcar una época, con goles que vivirán por siempre en la retina de todos, como el anotado en la conquista de la novena copa de Europa o en la conquista de la octava o como olvidar el gol anotado al Vasco da Gama en la copa Intercontinental dejando tirado a dos defensas en el área para batir por ultimo al portero. Y junto con todo esto lo ha logrado con una entrega completa aunado a un derroche de pasión y sacrificio hacia el Real Madrid, y todo sin tan siquiera mencionar su importancia en la selección española, donde su no convocatoria resulto ser un tema de discusión nacional.

Por eso que Raúl llegue a los 309 goles superando la marca de Alfredo Di Estefano como el máximo goleador en el mejor club del siglo, es un reflejo de lo importante que es Raúl para el fútbol en general y sobre todo para el Madrid, solo nos queda disfrutar cada partido para poder ser así testigos de lujo de uno de los mejores de la historia. Hala Madrid¡