Han pasado apenas un poco más de 24 horas y aun no logro terminar de digerir lo vivido. Las grandes aficiones surgen de las victorias, pero sobre todo de las cuales vienen procedidas de sufrimiento ya que lo que ha costado siempre se disfruta más. Ese fue el caso de la séptima, que después de mucho tiempo, y cuando menos se pensaba se logró.
Mas sin embargo lo vivido ayer fue algo sacado de la peor pesadilla de cualquier madridista, sobre todo, como buen susto, completamente inesperado después de la gran campaña que hasta el domingo se tenía, por esa Actitud que se había mostrado hasta ese momento, un equipo con otro enfoque, otra mentalidad. Pero lo que quedó plasmado el lunes fue una combinación, a mi parecer, de varias cosas. A pesar de todo y la presencia de Mourinho, no existió un líder que hiciera despertar al Madrid justo al primer gol, y que lograra quitar ese pavor escénico que se miraba en la mayoría de jóvenes del Real Madrid, exceso de respeto al rival, más cuando este es el mejor Barcelona de todos los tiempos, es un error fatal hacer.
Falto un Hierro que con un par de gritos y entradas fuertes les recordara a los culés que esto es cosa de dos, que dos equipos juegan un clásico y no solo uno. Esa actitud que tan característica de los jugadores sudamericanos, de darse a respetar por las buenas o por las malas. Ojo que con esto no digo que hubieran perdido ni que no hubiera terminado en goleada, pero hay maneras de perder, de perder la batalla con la espada en la mano y no como se vio el lunes completamente asustados, entregados y pidiendo la hora. No es la manera y mucho menos lo que exige la Historia y abolengo del Madrid a sus jugadores. Mourinho creo que quedo atónito e incapaz de hacer reaccionar a sus pupilos.
Es cierto el Barsa fue sublime, genial, magistral pero esto solamente porque el Madrid incomprensible pasividad lo permitió, eso esa actitud está absolutamente prohibida en un clásico, jamás ante el eterno rival, porque no solo juegan 3 puntos juegan porque también juegan con el orgullo y respeto de toda una gran afición que el lunes fueron destruidos casi por completo, porque estamos pero nunca muertos! Hala Madrid.
